Ya estoy en mi casita. No ahora mismo, pero sí en general. Está toda puesta y parece una medio cosa decente, con muchos espacios vacíos, y más que tendrá. Esta semana mi querida Deeksha se está quedando conmigo porque está huérfana de casa. Todas las noches subimos a casa de Álex y Giulia para poder conectarnos a internet y nos hace una cena maravillosa. Mamá Deeksha :)
Cuando se vaya estaré casi un mes solita por completo y sé que se me va a hacer enorme la casa, pero, por otra parte, tengo muchas ganas de campar a mis anchas con todo limpito y ordenadito, o no. Pero al menos estará como yo quiera.
El fin de semana ha sido una locura. Al final entre el viernes por la tarde y el sábado trasladé todo, y entre el sábado y el domingo lo dejé todo colocado. El domingo también estuve en Queens cerrando la casa que vamos a alquilar para el rodaje del filmmaker que estoy produciendo. Una casita maravillosa y perfecta para la historia a un buen precio.
Después de todo eso no sentía los pies del dolor y la ampolla que me hice la semana pasada gracias al primer día de sandalias del año me dolía con locura. Pero no me fui a casa a descansar, Celia me había regalado entradas para ir a ver “Fuerza Bruta”. Un show en Union Square en el que estás de pie todo el rato, te mueven de un lado a otro y bailas hasta el éxtasis. Lo más, me encantó. Aquí podéis ver el tráiler del show en cuestión aunque he de decir que no hace honor a lo maravilloso que es. Una liberación de estrés total. Catársis que diría mi profe de guión. Y aquí abajo podéis ver el estado en el que terminamos Giulia y yo: empapadas y felices.
